NEWS PRESS PHOTO AGENCY-PRENSA DIGITAL

8/02/2006

La Prensa Amordazada de Latinoamérica

Leyes anticuadas sobre difamación criminal en una mayoría de países permiten que sea demasiado fácil para personeros públicos silenciar a periodistas independientes.

La habilidad de los periodistas independientes para trabajar sin temor a la intimidación es un indicador confiable de la salud de una democracia.
Ésa es razón de por qué las extendidas restricciones a la libertad de prensa en toda Latinoamérica son inquietantes. La democracia se puede haber difundido por toda la región, pero está teniendo dificultades para echar raíces profundas.
La naturaleza de la amenaza que enfrentan los medios de comunicación varía de un país a otro, pero se pueden sacar algunas generalizaciones alarmantes.
Una es que los periodistas, en lugar de ser simplemente acosados con juicios entablados de acuerdo a las leyes sobre difamación que protegen abiertamente a la autoridad, están siendo físicamente intimidados hasta un punto jamás visto desde los días en que regímenes militares dominaban la región.
En Haití y Venezuela, partidarios del gobierno han fomentado la violencia contra los periodistas independientes.
Desde el inicio de su gobierno, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha apuntado sus dardos hacia los medios de comunicación tradicionalmente libres, al considerarlos como una amenaza a su tipo combativo de autoritarimos de izquierda.
Habitualmente el mandatario se lanza con todo contra la prensa, y sus seguidores han atacado físicamente las oficinas periodísticas.
Colombia, sumida en una lucha entre las fuerzas de gobierno y la guerrilla de orientación marxista, siguen siendo un lugar especialmente mortal para los periodistas independientes. En la última década, 29 periodistas han sido muertos en Colombia, y el hecho de que el gobierno no haya encausado enérgicamente estos crímenes ni haya protegido a los periodistas han llevado a muchos de ellos a huir del país.
El vecino Perú, donde los reportajes sobre la corrupción ayudaron a expulsar a Alberto Fujimori del poder hace dos años, ofrece un cuadro más brillante. La libertad de prensa se está expandiendo bajo el gobierno de Alejandro Toledo.
Sin embargo, en ninguna parte de Latinoamérica la democratización se ha visto acompañada por una serie completa de reformas legales necesarias para garantizar la libertad periodística. Leyes anticuadas sobre difamación criminal en una mayoría de países permiten que sea demasiado fácil para personeros públicos silenciar a periodistas independientes.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha declarado con razón que la falta de libertad de prensa es una epidemia regional. Tanto su Comisión como su Corte Interamericana de Derechos Humanos han dictado importantes fallos para revocar decisiones judiciales injustas contra periodistas en diversos países.
Se debe poner énfasis, en la importancia de proteger la libertad de expresión, no-solo en Colombia sino en todos los países donde la libertad de prensa es algo casi imaginario.
Los Gobiernos necesitan recordar que le mundo exterior los juzga en parte por cómo ellos tratan a sus críticos internos.
Autor: Pablo K.
Derechos Reservados, prohibido su reproducción